Por Vicky Paganini y Pochi Zamporlini

La Plaza Independencia de la Ciudad tiene recovecos  interesantes y misteriosos. Tiene una mística sumamente atractiva. Palabras Macabras se dirigió hasta el Museo porque se encuentra en ese lugar: “EL LENGUAJE GRÁFICO DE PICASSO”. La entrada es libre y gratuita, y se puede apreciar  allí la imponente obra del autor.

Al bajar las escaleritas que van al subsuelo donde se expone la muestra, topamos con una gran foto del artista. En el centro de la sala, una pantalla donde se proyecta un corto de Picasso, y adentrándonos en el salón su obra dividida en las distintas etapas en las que  transcurrió.

Desde otra perspectiva la temática de LA  GUERRA Y LA PAZ donde se manifiestan los horrores de la guerra y se deja entrever un espacio de confianza que alienta una salida hacia la paz. En esta sección el famoso GUERNICA es un ícono de las atrocidades que deja habitualmente la guerra donde la desesperanza lo ocupa todo. Según el mismo autor “No, la pintura no está  hecha para decorar habitaciones. Es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo”. Opuesto a este aspecto pudimos observar LA ALEGRÍA DE VIVIR, donde se expresa un ambiente   festivo que se encuentra dominado por seres (los      arlequines, los saltimbanquis, los acróbatas, los sátiros, etc) que representan el placer que significa la vida.

Picasso fue un hombre que amó plenamente, sus modelos fueron esas mujeres amadas y veneradas por él. Musas que en algunas ocasiones fueron representadas ingenuamente o en otros casos en forma más sensual y hasta llegó a plasmar a algunas de ellas de forma cruda y rígida.

Pablo Picasso vivió plenamente su libertad y sus pinturas son fiel representación de ello. En la obra de este artista se ve reflejado su libre albedrío sobre todo sin tapujos cuando el tema erótico aflora con belleza  auténtica. Es por esto que tratándose de un maestro que recrea lo erótico como algo natural nos permitimos disentir con la objeción que el museo propone respecto de la  entrada condicionada a menores de dieciocho años a esta parte de la muestra. Creemos que el arte es una    expresión libre que no tiene barreras y que no se lo puede enjuiciar desde lo hipócritamente moral ya que son parámetros que no se encuentran en el mismo plano.

“Desde niño pintaba como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño”.

Esperamos que los mendocinos aprovechen esta oportunidad de embeberse de cultura con la muestra de Picasso, ya que no todos los días las políticas culturales se hacen presentes. Es por eso que Palabras Macabras dice PRESENTE y difunde el evento de este destacado pintor.

Luchamos por un ARTE LIBRE,  soñamos con ARTE MACABRO.

Palabras Macabras agradece la colaboración fotográfica de Carina Barros.

Por BlankMary

"Este es mi gusto, no un buen gusto,

no un mal gusto, del cual no me

avergüenzo ni lo oculto. Este es mi

camino ¿dónde está el suyo?"

 Friederich Nietzsche 

En la presente edición, esta macabra ha decidido colocarse en el lugar de opinóloga; típica posición del crítico que pisa la línea que lo separa del criticón. Se recomienda leer con precaución.

“Yo lo sigo a todas partes”, “vos decís eso porque no entendés nada”, “no podés decir que tu banda favorita es Menganitos y escuchar a su vez a Fulanitos”, “No, eso no me lo toqués porque se te arma”…

Son algunas de las típicas frases que podemos oír –y soportar en la defensa con uñas y dientes- del fanático frenético de algún grupo o género musical. Ese personaje del que todos tenemos un amigo/conocido que nos quema la cabeza hablando de su/s ídolo/s musical/es. Esa persona que defiende apasionada y furiosamente algo dejando de lado argumentaciones valorables.

¿Qué es lo que lleva a una persona a adaptar toda su vida cotidiana alrededor de, solamente, un género o artista? “Es que eso no te lo puedo explicar…tenés que estar metida ahí”…esta es la respuesta más común, tanto, que podemos decir que ni siquiera ellos mismos pueden argumentar su fanatismo o reconstruir el hilo experiencial que los ha llevado a padecer semejante enfermedad social y altamente contagiosa.

Pero si lo hace, el fanático frenético defiende sus gustos con explicaciones a veces hasta sentimentalistas. Cuando se reúnen más de uno, el fenómeno se potencia y produce efectos cualitativamente más profundos y durables en el tiempo, otorgándoles un tema de charla que durará meses –lo que yo denomino método-torturador-de-oídos-ajenos-.

Ahora bien ¿cómo saber que estamos ante un fanático frenético para así tomar las medidas de precaución y alejamiento correspondientes? Con estos simples, claros y concisos tips para reconocer al fanático frenético:

·         Tiene una posición fuertemente cerrada con respecto a otros géneros musicales y/o artistas. Elevando hasta tres paredes de defensa ante acordes extranjeros.

·         Es normal verlo y oírlo odiar a los fanáticos frenéticos de otra rama. Esto se endurece si su ídolo hizo mención despectivamente de ello en algún recital o entrevista.

·        Al momento de entablar una charla con él, muchas de sus respuestas serán frases de canciones.

·       Su teléfono celular suena al ritmo de “la música de su vida” y lo más probable es que la cante, silbe o tararee antes de atender.

·         Piensa que su ídolo les está mostrando el camino de la vida, la verdad absoluta y las herramientas para analizar la misma. Todas totalmente válidas.

·         Utiliza indumentaria y tatuajes para que notemos sus gustos de un solo pincelazo. Puede ser, incluso, una señal de “no te me acerques” para los fanáticos frenéticos de otras ramas; podemos considerarla un cuarto muro a los mencionados anteriormente.

Pero… ¿qué tengo que decir yo de todo esto?

Querido Fanático Frenético:

Antes que nada quiero pedirte disculpas si mis opiniones te ofenden. Quiero que las tomes como una crítica constructiva –en el caso de que las tomes- y no que te creas que sos el blanco de mis ataques.

Me gustaría hacerte llegar mi visión sobre tu mentalidad… y decirte que antes que nada ESTÁN VENDIÉNDOTE UN PRODUCTO. Claramente te están señalando qué mirar, qué comprar, qué seguir, cómo ser, qué pensar, cómo vestir… estás comiendo un plato inmenso sin masticar; tragando sin saborear.

Sinceramente, creo que te están robando un pedazo enorme de tu libertad, y que vos, buscando imponerle tu fanatismo a otros, les robás la libertad. Sos un pseudoinquisidor del siglo XXI, aplicando torturas para convertirnos a tu religión  o, bien, castigarnos sin reparo.

No digo que dejés todo eso de lado, ni que esté mal que te guste tanto algo; pero sería de utilidad –para vos y para la humanidad- que te replantees periódicamente las bases de tu fanatismo.

Espero que al crecer no te avergoncés de tus gustos de juventud, por lo que te recomiendo que no lleves tu fanatismo en la piel. La música es mejor llevarla en los oídos y verla siempre con una perspectiva crítica, para que de allí pase al alma y a la cabeza y, así, podamos decir que sirve para algo individual o socialmente hablando.

Espero que al menos hayas terminado de leer mi carta; de ser así muchas gracias y ojalá te sirva.

Un abrazo macabro.

Sin embargo, más allá de todo lo que puedan decirme desde cartas al lector hasta discutiendo en las calles con respecto a este tema, quiero aclararles de antemano que Palabras Macabras siempre tuvo y tendrá la razón, es por eso que la llevo en el corazón y la sigo a todas partes.

Que rompió los discursos

Por David Alós

Cultura, inclusión, política, vendimia, amiguismos, mentiras, inexperiencia, vendimia, política, cultura, impunidad, corrupción (de cualquiera de las maneras, no simplemente con dinero), discriminación, pseudo personajes pseudo reconocidos, cultura, política, vendimia, amiguismos…

Es casi moneda corriente en nuestro país, que la posición más común sea la queja; en realidad, la comodidad de cualquier posición menos la de actuar en pos de la misma. Quizá el miedo a arriesgar algo que ya sentimos nuestro es el leitmotiv de esta postura.

Un grupo de mendocinos, hace más de un año, se cansó de tomar esa posición; se hartó de quejarse y de no hacer nada para que la situación cambie. Se indigestó de los discursos mediocres e hipócritas que solo aspiran a mantener la situación tal y como está.

Y así, empezó un proyecto que no tenía forma, solamente ganas. Algún literato, algún aspirante a docente, algún verborrágico incontenible, algunos jóvenes perdidos con la pregunta ¿qué hacemos acá?, alguna intelectual empedernida con una vasta enciclopedia mental, algún que otro docente retirado que, manteniéndose reticente a la situación, dio una mano y empujó cuando se le pidió pero también cuando lo creyó necesario.

Aun así, esta iniciativa no tenía realmente una forma o alguna dirección. Hasta que, nuevamente, cayeron en la queja constante porque las ganas estaban pero no hacían nada al respecto. Y fue así que nació “Palabras Macabras”, un proyecto más grande de lo que aparenta, con ideales más fuertes de los que creen, con una voluntad inquebrantable. Y sostenemos, cada día que pasa, que defendemos la Cultura desde nuestra posición. Intentamos que la humildad no se note, sino que fluya de nosotros; es por eso que no nos consideramos periodistas, ni redactores, mucho menos especialistas en algo; las falacias no son parte de nuestro cotidiano. Es por ello que nuestro compromiso es con toda la sociedad, para que entre todos re signifiquemos el sentido de cultura. Nos comprometimos a luchar por el arte mendocino, porque entendemos que en él se encuentra la EXPRESIÓN de NUESTRA CULTURA.

Nos propusimos, como tarea, averiguar sobre los artistas que la Elite de la Cultura mendocina margina. Y cuando hablamos de Elite, todos sabemos a quienes nos referimos. Son los mismos que han instaurado ese discurso sobre los artistas mendocinos que no pertenecen a ese “grupete” selecto, grupo de malintencionados que destruyen la difusión del arte mendocino. Hablamos de ese discurso que nos miente sobre los artistas que vienen de afuera (entre estos también se encuentran los artistas mendocinos de la “Elite”, porque es muy “mediocre” considerarse de “acá”) y nos los muestran como artistas estrella-profesionales, y es por ello  entendible que para apreciar su arte deba cobrarse un alto arancel, porque no sólo de algo tienen que vivir, sino que viven de esto. En cambio, nuestro artista (el menduco, el de acá, mi vecino, el del barrio), no lo vamos a menospreciar al pobre diablo, no es profesional; así, nuestro artista entraría en una categoría amateur, por lo tanto lo que hace es “ad honorem”, en criollo “por amor al arte” (qué mejor frase ¿no?), porque en realidad, acá en Mendoza no se puede vivir del arte, no estamos hechos para eso.

Lamentablemente ese discurso se ha instaurado en nuestra sociedad  y creemos que, a falta de una contrapropuesta, la mayoría ha tendido a aceptar esta “triste realidad” que no es más que la fantasía de unos pocos, con el poder suficiente como para pisar a los de abajo. Nosotros quisiéramos preguntarles  a nuestros lectores, ¿no están hartos de este proceso de estupidización al cual nos quieren someter? ¿A este proceso de acallarnos, de no poder participar?

La falencia no sólo está en las pocas políticas culturales que se toman en Mendoza, sino que también vienen de la mano de las personas encargadas de tomar las decisiones. Personas que no se hacen responsables y no son responsables de sus funciones.

Les daremos un ejemplo, porque esta revista no se queda solo en la queja, sino que hace en la medida que puede y, además, la dejan. El día sábado trece de julio del pasado año (2013), el Director de la revista “Palabras Macabras” (David Alós) envió un correo electrónico al mail oficial del Espacio Cultural Julio Le Parc (contenidosleparc@gmail.com) dirigido al Licenciado Maximiliano Uceda (Coordinación Artística y General). Este correo expresaba el deseo de “Palabras Macabras” de organizar un festival con bandas mendocinas (para fomentar la difusión del arte mendocino, la grilla iba a ser constituida cien por ciento por bandas MENDOCINAS, porque esa era la idea), además en el cierre del mencionado recital se presentaría una obra de teatro de un elenco mendocino y una murga, también mendocina. Fundamentamos las razones de este festival, que justamente apuntaban a la difusión del arte mendocino; además explicamos cuál sería  el destino de las recaudaciones (algo que en realidad no teníamos la obligación de explicitar). En fin, el fin era claro: la primera semana sería íntegramente a beneficio, sin importar si se recaudaba dinero o alimentos no perecederos, de algún comedor comunitario. Las restantes semanas (el festival tenía una extensión de tres semanas) servirían para recaudar fondos para solventar la primera edición impresa de la revista.

Y he aquí otra sorpresa para nosotros: reiteradas veces fuimos al espacio Cultural Julio Le Parc y al solicitar hablar con el Licenciado Maximiliano Uceda nos encontramos con la misma respuesta en la Mesa de Entradas “el Lic. Uceda está muy ocupado para atenderlos”, y a continuación explicarnos que si el motivo era pedir una sala solo podíamos hacerlo por mail. Salve la era de la comunicación, la “inclusión”, el neo liberalismo y su divino individualismo. Individualismo que trae consigo cada vez menos dar la cara, dar las explicaciones correspondientes del por qué de cada accionar; por supuesto, es más fácil denegar por mail un pedido  a una persona desconocida, que decirle NO cara a cara; sobre todo cuando lo que se está ofreciendo es un Festival Organizado y el  único pedido al Le Parc era una sala, simplemente eso, una sala.

Ahora bien, el Licenciado Maximiliano Uceda nunca contestó. Pero si lo hizo, Boris Rivas (Equipo de Producción y Comunicación). Nos comentó que la propuesta era interesante, que estaría bueno que le detalláramos un poco más acerca de qué bandas, qué murga y qué elenco de teatro. (Nada fuera de lo normal), pero el final de mail fue conciso y nos dejó sin chances “Podríamos brindarte una sala durante una fecha, es decir, una noche, ya que tenemos muchas otras personas que también tenemos que tener en cuenta.” Lo que nos parece extraño es que nuestra propuesta era integrar  MUCHAS PERSONAS,  MUCHAS BANDAS para que todas tuvieran la misma oportunidad de tocar en el Le Parc. Porque ese es el fin de ese Espacio Cultural, pues por ello, en lugar de erigir  un mega teatro, se concibieron varias salas más pequeñas, así TODOS los artistas mendocinos podrían presentarse, y así nos lo refirió Alejandro Abraham en alguna entrevista que alguna vez le pudimos hacer. No nos dejaron contraproponer algo, simplemente fue eso, una noche o nada.

Lo que realmente nos preocupa, y nos resulta absurdo, aberrante, es considerar que lo que hicieron fue censurarnos, callarnos y, sobre todo, nos dejaron en claro que nosotros y nuestra propuesta, no importábamos, y -ustedes dirán-  ¿de dónde sacamos esta conclusión? Simple: un diario local publicó, el día 14 de febrero en su fascículo de espectáculos, que una revista del medio local organizaría en el Espacio Cultural Julio Le Parc un festival de bandas mendocinas que, vaya coincidencia, durará tres semanas y tendrá un cierre con invitados de afuera. Justamente el cierre, el día más importante, en lugar de estar a cargo de mendocinos, no, cierra alguien de afuera y así  seguir fortaleciendo ese discurso hipócrita de la Elite ¿Por qué debemos seguirle la fantasía a estos delirantes que creen que por traer un artista de afuera le damos prestigio al festival? Por supuesto, además de reafirmar  la idea de subestimación hacia  al artista mendocino y no creerlo capaz de dar un show de alto nivel.

Por último, y antes de llegar a la conclusión, creemos que en realidad nos preguntaban qué bandas, qué obra y qué murga presentaríamos, para evaluar si eran de su agrado. Entonces, les preguntamos a las autoridades del Le Parc: ¿qué necesitamos para que nos tomen en serio? ¿Ser una revista con quince años de trayectoria? ¿Tener una inversión que nosotros como revista independiente no tenemos? ¿Traer gente de afuera? Les informamos a las autoridades del Espacio Cultural que no son los dueños de la Cultura, es más, ponemos en duda si ustedes pueden decidir qué espectáculo sí y cual no debe presentarse. Y si realmente pudieran, nos preguntamos: cuáles son los criterios que utilizan, quién dice que están calificados para decidir, quién supervisa a estos señores. Y claro, una vez más estos interrogantes no serán respondidos y si lo fueran, será como se dicen en criollo una “sobada de lomo” para restarnos importancia. Por qué Maximiliano Uceda no contesta los mail dirigidos a él; imaginamos que si tiene tiempo para tomarse un cafecito más de una mañana a la semana en el “NH Cordillera”, también debería tener tiempo para contestar los correos dirigidos a él. Evidentemente, ni el Le Parc, ni el Ministerio de Cultura darán respuestas a esto, pues cuando le propusimos, amigablemente, hacerle una entrevista a la Ministro de Cultura Marizul Ibáñez nos contestó que sería buenísimo pero nunca tuvimos respuesta sobre  cuándo, ni dónde, aunque a la vez  debemos entender que está muy ocupada para responder una entrevista a un medio independiente.

Realmente nos preguntamos ¿Cuál es la concepción de cultura que maneja el Ministerio de Cultura y sus dependencias? ¿Cuándo se le dará realmente el lugar que se merecen los hacedores de la cultura mendocina?

Nuestras palabras son incansables, nuestras palabras son macabras….